Mons. Agustín Yanes celebra 50 anys de sacerdot

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La tarde del día 30 de abril en Los Silos fue, sin duda, un grito en el silencio.

La Parroquia de Ntra. Sra. de La Luz, en Los Silos, estaba a las 18:00 h repleta de fieles para celebrar la Eucaristía del III Domingo de Pascua. Pero no era una misa ordinaria. Presidía un Hijo predilecto del Pueblo, D. Agustín Yanes, sacerdote que celebraba entre sus paisanos 50 años después del día en que fue ordenado sacerdote en Valladolid.

Él mismo nos recordaba en la homilía de la celebración que « (…) no era un cura de Valladolid que estaba de visita en Los Silos; era un hijo de Los Silos que se ordenó sacerdote en Valladolid», pues en su pueblo aprendió a caminar y amar a Jesús y a su Madre, la Virgen. Las dificultades de ser sordo no han sido pocas, pero «amar a Jesús nos da fuerza para lograr aquello que Él nos pide».

Nacido en Cuba, regresó con sus padres cuando sólo tenía 8 meses. Perdió la audición a los 4 años de edad. Aun así, con unos padres fuertes en la fe pudo estudiar y lograr la Licenciatura en Bellas Artes en la Universidad Complutense. Con autorización especial de la Santa Sede se ordenó sacerdote en Valladolid y ha trabajado en la Pastoral con Sordos durante toda su vida, en Madrid y en muchísimos rincones del mundo. Ser sordo no le ha privado de estar a la escucha de la necesidad de las personas de recibir el mensaje del Señor.

Un nutrido grupo de amigos, venidos de la Península, le acompañaron en la celebración. Algunos sacerdotes que han compartido su misión pastoral, laicos comprometidos en la Pastoral del Sordo y, especialmente, un gran grupo de sordos de la Diócesis de Tenerife.

El Ayuntamiento de Los Silos, representado por cuatro concejales presentes en la Celebración, le obsequió con un detalle de homenaje, así como las comunidades parroquiales con una imagen grande de la Virgen de la Luz, que tanta devoción tiene en D. Agustín. 25 sacerdotes rodeaban el altar desde el que se traducía para los sordos todas las palabras y oraciones.

El Obispo le envió un saludo personal que se hizo presente al final de la celebración, a la vez que un entusiasta mensaje de que sigue siendo necesario su ministerio entre nosotros.