FOTOS y crónicas: Encuentro de Pastoral del Sordo

[< Fotografías de Mabel Carranza]

 

[ENLACE con las fotografías de Mª Antonia Sánchez]

 

Ya estábamos en Barcelona y en la capilla del Seminario el Sr. Obispo rodeado de los sacerdotes y monaguillos participantes, inauguraba el “XXIV ENCUENTRO NACIONAL DE LA PASTORAL DEL SORDO». Los asistentes, llegados de las distintas diócesis de España, asistíamos con devoción y también con curiosidad, a esa llamada a «VIVIR EL EVANGELIO CON ALEGRÍA»

Después en el comedor, buscábamos a los conocidos para sentarnos con ellos y comentar nuestras vidas. Estaba todo cuidadosamente señalizado y enseguida encontramos nuestras habitaciones que eran lo más parecido a la celda de un convento. Con su sencillez te invitaban al descanso.

 

A la mañana siguiente, la oración, antes del desayuno nos preparaba para un día que sería intenso. Y allí rezando estaba una señora mayor que la tarde anterior durante la Misa, se había lesionado. Todo un ejemplo de fortaleza. Durante el retiro espiritual, el monje sordo que le dirigía, poniendo las manos y todo el cuerpo en movimiento, nos tenía a todos muy atentos y encantados de escucharle.

 

En el acogedor patio del seminario, los jóvenes de la pastoral de Barcelona nos ofrecían refrescos o café. Daba gusto ver con el interés que nos lo preparaban, parecían auténticos profesionales.

 

Durante la conferencia «Los cristianos, testimonios de alegría» los participantes nos preguntábamos ¿cómo vamos a vivir con alegría si nos cuesta tanto comunicarnos por nuestra sordera, si no tenemos trabajo, si la mayoría nos encontramos muy solos etc…? Pero la gracia y la simpatía del sacerdote que estaba dando la conferencia, consiguieron cambiar nuestras caras y poco a poco, empezamos a sonreír y disfrutar escuchándole. La charla estaba tan muy bien documentada y estructurada a lo largo de la historia de la cristiandad, que el sacerdote necesitaba su tiempo para exponerla y se estaba haciendo tarde. Además, como a los sordos siempre nos ha gustado más hablar que escuchar (porque nos cuesta menos) alguno empezó a moverse en el asiento y el sacerdote conferenciante tuvo que resumir demasiado ese trabajo tan interesante.

 

Santa María del Mar nos acogía como peregrinos entre sus labradas piedras góticas. Al salir, mientras caminábamos por las calles del barrio antiguo, pensábamos en aquellos hombres que movidos por la fe llevaban las piedras a cuestas para hacer esa iglesia tan bonita. Ya estábamos ante la Catedral contemplando su impresionante fachada gótica y recordábamos la celebración del Corpus en la plaza. Pasamos al templo y le visitamos bien. Después, rodeados de historia y de arte, asistimos a la Santa Misa.

 

El tercer día, el Sr Obispo en su conferencia «Vivir el Evangelio con alegría» nos dijo: cuando vais a la iglesia a todos os gusta encontrar un sacerdote agradable, pero ¿habéis pensado en las caras que está viendo ese sacerdote mientras celebra la Misa? Nunca nos habíamos parado a pensarlo, pero a partir de ahora sonreiremos siempre.

 

A media mañana un autobús nos dejó a la puerta de la Sagrada Familia. Rodeaban el templo infinidad de turistas que estaban esperando para poder entrar. A nosotros nos abrieron enseguida una puerta y nos llevaron directamente al interior de la cripta. Un sacerdote, gran conocedor de la obra de Gaudí, nos la enseñó y nos acompañó durante toda la visita por aquel bosque de columnas que el famoso arquitecto diseñó y que era la admiración de todo visitante. Por último, contemplamos la fachada del Nacimiento junto a la cual estuvimos oyendo Misa con el Papa Benedicto XVI. El mismo sacerdote nos dio por la tarde la conferencia «Gaudí, testimonio de serenidad».

 

Como todos los sábados, en la parroquia de Santa Teresa del Niño Jesús, se celebraba la Misa de los sordos. Pero ese sábado era especial. Los participantes del Encuentro, nos sentamos en el jardín a chalar tranquilamente bajo la brisa de las palmeras. Dentro, en las dependencias de la Pastoral, un pase de fotografías mostraba a un joven seminarista que por obediencia, tomaba el testigo y después de 22 años sigue siendo el sacerdote que asiste espiritualmente a los sordos de Barcelona. Y lo que todavía nos sorprende a todos, es cómo puede comprender tan bien a los sordos sin serlo él ni tener familiares sordos. En las imágenes veíamos también a personas muy entrañables que colaboraron en la Pastoral y ya no están con nosotros.

 

En procesión solemne, entraban en el templo: el obispo, los sacerdotes y los monaguillos para acompañar al pastor de los sordos de Barcelona. Dos jóvenes de la Pastoral leyeron ilusionados y con fuerza la primera lectura y una madre signaba la segunda con emoción a la vez que su hija, oyente, le ponía voz. Todos estábamos viviendo esa misa tan bonita. Al acabar, el Sr Obispo bendijo una cruz de flores muy originales y de mucho trabajo que habían hecho la señoras de la Pastoral ¡Qué ilusión nos hizo recibir esa flor como recuerdo!

 

En el patio, las colaboradoras de la Pastoral, muy tranquilas y organizadas, ya tenían todo dispuesto para la cena. El sacerdote, se encaramó a una silla y explicó los pasos a seguir para servirse. Enseguida estábamos todos cenando. El pan, que era especial, y por supuesto con tomate, acompañaba la estupenda y abundante cena catalana. Los niños y jóvenes tras un muro que hacía de mostrador, servían las bebidas y se desvivían por ayudar. Qué imagen más estupenda nos daban. Todos nos habíamos ido acoplando y charlábamos felices en el jardín. «La alegría» iba brotando sola. Entrada la noche, para completar el menú: cocas y helados. Nadie quería marcharse, pero el autocar esperaba para llevarnos a las fuentes de Montjuic.

 

Allí ya éramos turistas de mundo, corriendo para no perdernos y vigilando siempre el bolso. Una encantadora participante que apenas veía, sacaba fotos a las fuentes iluminadas y otra muy sensible nos preguntaba si había música porque ella notaba las vibraciones en el cuerpo. En el metro nos reíamos tanto de las pequeñas anécdotas que nos habían pasado, que la gente nos miraba.

 

Por nuestra ventana del seminario, veíamos brillar la luna entre el abeto y la torre. Entonces, mirando al Cielo, dimos gracias a Dios por ese día tan maravilloso que nos había regalado.

 

El Domingo subíamos de excursión por las montañas de Montserrat. Al llegar al monasterio, una vez más nos acogieron enseguida como peregrinos. Nuestro viaje del encuentro era como ir siempre en AVE y además en clase preferente. Un monje del santuario nos explicó su historia y también elogió la labor de ayuda a los demás que hace un colaborador de la Pastoral de Barcelona. Enseguida: sacerdotes, monaguillos y e intérpretes estaban preparados para hacernos participar de la Santa Misa. Con nosotros había una señora mayor muy que estuvo muy vinculada a los sordos. Mientras cantaban el himno a la Virgen de Monserrat un grupo de sordos de la Pastoral, percibíamos la ilusión con que habían preparado todas las cosas del encuentro.

Eran casi las 3 de la tarde y todo el grupo quería hacerse fotos. Hasta los mayores, mayores, sacaban su máquina. Llamaba la atención lo bien que los sordos manejaban los teléfonos modernos. Un motivo más de «Alegría” Saber que cada vez podemos comunicarnos mejor. El restaurante que nos esperaba compensó lo tarde que era y lo cansados que íbamos. Ya no era como el primer día, los grupos se mezclaban para conocerse unos y otros. Y más fotos y más intercambio de fotos. Una deliciosa crema y una copa de cava completaban la comida catalana que nos sirvieron. La sobremesa fue distendida y hasta un par de sacerdotes bailaron ¡Cuantas cosas hacían nuestros buenos sacerdotes en su difícil tarea pastoral. En la Cueva de San Ignacio de Loyola no había turistas y por eso nos fue más fácil imaginar al Santo escribiendo «Los Ejercicios Espirituales»

 

En lo más alto del monte: El templo Expiatorio del Tibidabo. Enseguida la foto de todos en la escalinata porque se hacía de noche. Y en lo alto del templo, el Sagrado Corazón con los brazos abiertos tenía toda Barcelona a sus pies y nosotros nos paramos a contemplarla. Una vez más nos acogieron muy bien y después de una breve explicación del templo, pasamos a la Capilla de la Adoración para acompañar al Santísimo un rato.

 

En el comedor del templo, nos sirvieron la cena. El sacerdote reía complacido porque al fin, habíamos aprendido a hacer con las manos la oración que cada mañana nos había enseñado.

 

En la sesión de trabajo «¿Cómo damos testimonio alegre?» Sor Verónica, nos mostró de una forma más práctica su testimonio de la gran labor que está haciendo en Italia. Con su voz tal dulce y esa sonrisa que no pierde nunca, llegará con facilidad al corazón de los sordos y los necesitados. Con nuestras preguntas pudimos intercambiar opiniones. Después de una valoración del encuentro con el responsable de la Pastoral del Sordo de España, pasamos a la Misa de Clausura.

 

En el comedor ya estaban sirviendo a los que teníamos prisa. Durante todas las comidas estuvieron muy pendientes de los sordos.

 

Nos costaba despedirnos y nos pusimos tristes. Pero eso no valía. Teníamos que llegar a casa muy contentos y así empezar ya a «VIVIR EL EVANGELIO CON ALEGRÍA»

Soco

Barcelona, 28 de julio de 2014


 

Del 24 al 28 de julio tuvo lugar en el Seminario de Barcelona bajo el tema Vivir el Evangelio con alegría, el XXIV Encuentro Nacional de la Pastoral del Sordo, organizado por el Departamento de Pastoral del Sordo de la Conferencia Episcopal Española.

 

Solventada la acreditación de los cerca de ciento cincuenta participantes venidos de todos los rincones de la Península, a las 19,30 horas del jueves 24 se celebró la Santa Misa de apertura, ceremonia que estuvo presidida por el Cardenal Lluís Martínez Sistach, y acto seguido quedaron inauguradas las jornadas. Tras la cena se presentó a los asistentes el apretado programa, que comenzó con un retiro espiritual a lo largo de la mañana del viernes 25 dirigido por el hermano Juanjo, de la pastoral de Huelva, centrado en  La alegría de Evangelizar. Sin solución de continuidad, D. Segundo Díaz de Las Palmas impartió la conferenciaLos cristianos, testimonio de alegría, en la que mostró conclusiones precisas al hilo de su repaso de la historia de la Iglesia. La tarde fue dedicada a una visita por el casco antiguo de Barcelona, bajo la guía de una voluntaria de la Comunidad de San Egidio, que concluyó con Misa en la Catedral.

 

El sábado 26, la visita al templo de la Sagrada Familia estuvo precedida de una conferencia a cargo de Mons. Sebastián Taltavull Anglada bajo el títuloVivir el Evangelio con alegría. Perfectamente asistidos por los intérpretes que se hicieron cargo de los diversos grupos, los participantes pudieron gozar con la majestuosidad de la obra de Gaudí y las explicaciones sobre la simbología y composición de cada una de sus partes. Ya en el Seminario por la tarde D. Lluís Bonet, párroco de la Sagrada Familia, habló del genial arquitecto catalán como un testimonio de serenidad. Seguidamente marchamos en autobús a la iglesia de Sta. Teresita del Niño Jesús, sede de la Pastoral del Sordo, donde se celebró la Eucaristía signada en las lenguas catalana y española, y nos agasajaron con una cena organizada por voluntarios de dicha pastoral, que fue muy aplaudida por los asistentes de otras diócesis. Concluyó la jornada con una visita a las fuentes luminosas de Montjuïc.

 

El Domingo 27 se inició con una conferencia sobreMaría, causa de nuestra alegría, a cargo de Martín, sordo de la Diócesis de Valencia, como paso previo a la visita al Santuario de Montserrat, donde asistimos a la Sta. Misa, que estuvo presidida por Mons. Agustí Cortés. La ceremonia concluyó con el canto en lengua de signos delVirolai, himno dedicado a la virgen negra que se venera en aquella montaña, a cargo de diez personas sordas. Comimos en Manresa, localidad bagesana que guarda la cueva adonde se retiró S. Ignacio de Loyola, que también visitamos, y después subimos al Tibidabo, donde cenamos tras ver el templo expiatorio mandado construir por S. Juan Bosco.

 

El último día, Sor Verónica, que vino desde Italia donde sirve a la Pastoral de Personas con Discapacidad de su Conferencia Episcopal, impartió una conferencia sobreCómo damos testimonio de alegría, en la que reflexionó sobre la ExhortaciónEvangelii gaudiumdel Papa Francisco y sacó unas conclusiones muy prácticas.

Es de justicia destacar el trabajo de los voluntarios, sordos y oyentes, de la Pastoral del Sordo de Barcelona y de los intérpretes, dirigidos todos eficazmente por un infatigable Mn. Xavier Pagès atento siempre a nuestras necesidades para que la estancia fuera lo más agradable posible. Sin su ejemplar dedicación hubiera sido del todo punto imposible el Encuentro.

 

Antonio Meléndez

Pastoral del Sordo de Madrid